Este sábado 20 de agosto, el Club León celebra su 78 aniversario, pero lejos de un ambiente festivo o alentador, la Fiera llega a su efeméride más importante en medio del desolador contexto de la derrota.

El cuadro esmeralda deberá festejar sus 78 años con el bagaje inmediato de tres partidos perdidos de manera consecutiva, además de dos humillantes goleadas que tienen al equipo fuera de los puestos de liguilla, ni siquiera en zona de repechaje.

Y a todo esto se le suma la polémica dentro del vestidor, el aparente desánimo de la plantilla, los rumores de grillas con el técnico y señalamientos directos a los jugadores.

El 78 aniversario llega en el peor momento de la temporada, pero quizás nos sirva como metáfora para recordar que a lo largo de esas casi ocho décadas de existencia, las malas rachas y las derrotas también han sido parte importante de nuestra historia.

Porque si bien el Club León fue cuatro veces campeón de liga y dos veces campeón de copa en sus primeros 14 años de vida, después pasó nueve años sin levantar un título oficial (de 1958 a 1967). En ese entonces, el equipo pasó casi una década de reconstrucción en la que tuvo que dejar atrás su glorioso pasado y emprender un nuevo rumbo; todo para seguir siendo uno de los mejores equipos de México.

Y lo lograron, porque después de esa sequía vino el León de los setentas, el de la 'Tota' Carbajal, Gomes Nogueira y el 'Pulpa' Etchamendi en los banquillos; y Salomone, el 'Chepe' Chávez y Albrecht en el terreno de juego.

Ellos cosecharon dos copas y dos subcampeonatos de liga, y aunque no llegó la quinta estrella, todavía se recuerda a ese equipo como uno de los mejores de la historia de la franquicia.

Pero en la década siguiente, los ochentas, León sufrió una nueva caída libre que terminó con su primer descenso, y el punto más bajo, hasta entonces, de su historia. Tres años en el infierno fueron suficientes para curtir y ennoblecer a la afición, y la Fiera resurgió en los noventas con la potencia y el rencor de un animal herido.

Llegó una nueva etapa de bonanza con el título del 92 y la final del 97, pero la historia se repitió, y el nuevo milenio recibió al equipo con su segundo descenso, que sería el más largo y doloroso.

Pero luego de una década en el barro de la segunda división, la Fiera apeló a su tradición de revanchas y volvió para ganar el bicampeonato de la Liga MX. Después vendría la enésima reconstrucción y seis años de medianías, hasta que Nacho Ambriz guió al equipo a 12 victorias consecutivas y el octavo campeonato.

¿Lo notaron? La historia del Club León es un ciclo que se repite indefinidamente entre triunfos y fracasos, y los unos son igual de importantes que los otros.

Porque hoy no seríamos el mismo Club León si no hubiéramos perdido las dos finales de los setentas. No tendríamos a misma identidad si no hubiéramos perdido la categoría en los ochentas. No valoraríamos nuestros títulos de la misma manera si no hubiéramos pasado diez años en el inframundo, entre lodo y sangre, para finalmente volver.

Nuestros logros se basan en nuestros fracasos, y eso no es motivo de vergüenza, sino de orgullo. Lo bueno y lo malo, los triunfos y las derrotas, todo nos ha llevado a ser uno de los equipos más grandes de México y el más grande del Bajío.

Así que sí, el 78 aniversario llega en un pésimo momento, en un contexto de malos resultados, de coraje y de frustración. Pero no debemos olvidar que es solo una etapa, nada más que un lugar de paso en el ciclo infinito que ineludiblemente nos llevará de nuevo a la gloria y la redención.

¡Feliz cumpleaños, Club León!

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